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Cómo Corregir la Pisada al Caminar: Guía desde la Traumatología

Caminar es un acto tan natural que muchas veces no somos conscientes de cómo lo hacemos. Sin embargo, una pisada incorrecta puede desencadenar molestias y lesiones musculoesqueléticas a corto o largo plazo. Como traumatólogo, es fundamental concientizar sobre la importancia de una buena pisada y cómo corregirla para prevenir dolencias en pies, rodillas, caderas y columna.


¿Por qué es importante corregir la pisada?

Una pisada inadecuada puede generar:

  • Dolor en el talón, arco o antepié.

  • Sobrecarga en rodillas y caderas.

  • Desalineación postural.

  • Tendinitis, fascitis plantar, espolones calcáneos.

  • Mayor riesgo de lesiones deportivas.


Tipos comunes de pisada

  1. Pisada pronadora: el pie se inclina hacia adentro al apoyar. Es común en personas con pie plano.

  2. Pisada supinadora: el pie se inclina hacia afuera. Suele verse en personas con arco muy alto.

  3. Pisada neutra: el apoyo es equilibrado, desde el talón al antepié, sin excesiva inclinación.


Cómo saber qué tipo de pisada tenés

  • Análisis de la marcha: realizado por traumatólogos, kinesiólogos o podólogos, permite observar la biomecánica del paso en tiempo real.

  • Estudio baropodométrico: mide la distribución de la presión en la planta del pie.

  • Revisión del calzado: el desgaste de la suela indica la zona de mayor apoyo.


Estrategias para corregir la pisada

1. Uso de plantillas ortopédicas

  • Diseñadas a medida según el estudio de pisada.

  • Ayudan a distribuir el peso de forma más equilibrada.

  • Reducen dolores y mejoran la postura.

2. Calzado adecuado

  • Usar zapatillas con buen soporte, especialmente si se realiza actividad física.

  • Evitar calzados planos o muy gastados.

3. Fortalecimiento muscular

  • Ejercicios para fortalecer el arco plantar, los músculos del tobillo y la pierna.

  • Ejemplos: caminar descalzo en césped, agarrar objetos con los dedos del pie, subir al metatarso y bajar lentamente.

4. Estiramientos

  • Estiramientos del gemelo, sóleo y fascia plantar, especialmente si hay rigidez.

  • Recomendado hacerlo a diario o antes/tras caminar o correr.

5. Reeducación de la marcha

  • Acompañamiento con kinesiología para modificar patrones incorrectos.

  • Trabajo sobre postura, ritmo de paso y alineación.

6. Bajar de peso (si aplica)

  • Menor peso corporal reduce el impacto en cada paso y facilita la corrección de la marcha.


¿Cuándo consultar al traumatólogo?

  • Si tenés dolor frecuente al caminar.

  • Si sufrís esguinces recurrentes o desequilibrio.

  • Si practicás deportes y sentís molestias persistentes.

  • Si presentás deformidades visibles en el pie.


Conclusión

Una pisada correcta no solo mejora la comodidad al caminar, sino que también previene múltiples lesiones articulares y musculares. Detectar y corregir los errores en la marcha es una inversión en salud. Consultar con un especialista en traumatología o un equipo multidisciplinario es clave para lograrlo de forma efectiva y segura.