La clavícula, también conocida como hueso clavicular o “hueso del cuello”, es un hueso delgado en forma de “S” que conecta el esternón con el hombro. Su ubicación superficial la hace muy propensa a sufrir golpes directos y fracturas, especialmente en caídas, accidentes deportivos o de tránsito.
Las lesiones en la clavícula suelen producirse por:
Caídas sobre el hombro o el brazo extendido, comunes en deportes como ciclismo, fútbol o esquí.
Golpes directos en la zona, por ejemplo, en accidentes de tránsito o caídas desde altura.
Traumatismos en recién nacidos, durante el parto, aunque suelen ser leves y se recuperan bien.
Dependiendo de la gravedad del impacto, los síntomas pueden variar, pero los más frecuentes son:
Dolor intenso en la parte superior del tórax o del hombro.
Dificultad para mover el brazo del lado afectado.
Hinchazón y hematomas visibles.
Deformidad o prominencia palpable en la clavícula (signo clásico de fractura).
En casos más graves, sensación de hormigueo o debilidad en el brazo (por compresión nerviosa).
El diagnóstico se realiza mediante una evaluación clínica y se confirma con radiografías, que permiten determinar el tipo y la ubicación exacta de la fractura. En casos complejos, se puede requerir una tomografía computarizada (TAC) para evaluar el desplazamiento o la afectación articular.
El tratamiento depende del tipo de fractura y del desplazamiento de los fragmentos óseos:
En la mayoría de los casos (fracturas sin desplazamiento), se opta por:
Uso de cabestrillo o vendaje en “8” para mantener el hombro inmovilizado.
Analgésicos y antiinflamatorios.
Aplicación de frío local durante los primeros días.
Kinesiología y ejercicios de rehabilitación progresiva luego de la consolidación ósea, generalmente después de 4 a 6 semanas.
Indicado en casos de:
Fracturas desplazadas o con riesgo de no consolidar.
Fracturas abiertas.
Lesiones con compromiso vascular o nervioso.
El cirujano puede colocar placas y tornillos o clavos intramedulares para estabilizar el hueso y permitir una correcta recuperación.
La rehabilitación es fundamental para recuperar la movilidad y la fuerza del hombro. El tiempo de recuperación varía según la edad y el tipo de fractura, pero suele oscilar entre 6 y 12 semanas. Los ejercicios de fisioterapia ayudan a evitar rigidez articular y a restablecer la función completa del brazo.
Utilizar equipos de protección en deportes de contacto o ciclismo.
Evitar caídas manteniendo una buena condición física y equilibrio.
En el ámbito laboral, respetar las normas de seguridad y el uso de arneses o cascos.
Los golpes y fracturas en la clavícula son lesiones frecuentes pero con buen pronóstico si se tratan adecuadamente. La evaluación médica temprana y una rehabilitación controlada son esenciales para una recuperación completa y sin secuelas funcionales.