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Dolor dorsal: causas, diagnóstico y tratamiento

El dolor dorsal, localizado en la región media de la espalda, es una consulta frecuente aunque menos común que el dolor lumbar. Puede afectar de manera significativa la calidad de vida, especialmente en personas que mantienen posturas prolongadas, realizan trabajos sedentarios o están expuestas a sobrecargas físicas repetitivas.


¿Qué es el dolor dorsal?

El dolor dorsal se sitúa en la zona de la columna torácica, entre el cuello y la región lumbar. Esta área cumple una función clave en la estabilidad del tronco y la protección de órganos vitales como el corazón y los pulmones. Aunque es una región más rígida que la lumbar, también puede verse afectada por diversas patologías.


Principales causas

Desde la práctica traumatológica, las causas más habituales del dolor dorsal incluyen:

  1. Contracturas musculares
    Son la causa más frecuente. Se asocian a malas posturas, estrés, sedentarismo, uso prolongado de computadoras y falta de movilidad.

  2. Alteraciones posturales
    La hipercifosis dorsal (aumento de la curvatura) y la escoliosis generan sobrecarga muscular y dolor crónico.

  3. Sobrecarga mecánica
    Actividades repetitivas, levantamiento de peso incorrecto o movimientos bruscos.

  4. Artrosis de la columna dorsal
    Menos frecuente que en la región lumbar o cervical, pero posible en edades avanzadas.

  5. Fracturas vertebrales
    Especialmente en pacientes con osteoporosis o tras traumatismos, incluso de bajo impacto.

  6. Dolor referido
    Algunas patologías de órganos internos pueden manifestarse como dolor dorsal, por lo que es importante una correcta evaluación médica.


Síntomas asociados

El dolor dorsal puede presentarse como:

  • Dolor localizado o sensación de presión

  • Rigidez en la espalda media

  • Dolor que aumenta con determinadas posturas

  • Molestias al respirar profundamente

  • Sensación de fatiga muscular constante


Signos de alarma

Es fundamental consultar con un especialista si el dolor dorsal se acompaña de:

  • Dolor intenso y persistente

  • Dolor nocturno que no cede con el reposo

  • Antecedente de traumatismo

  • Fiebre, pérdida de peso o malestar general

  • Dificultad respiratoria o dolor torácico asociado


Diagnóstico

El diagnóstico se basa en:

  • Historia clínica detallada

  • Examen físico y postural

  • Estudios por imágenes (radiografías, resonancia magnética), solo cuando están indicados

En muchos casos, el origen es muscular y no requiere estudios complejos.


Tratamiento

El tratamiento dependerá de la causa del dolor e incluye:

  • Reposo relativo

  • Analgésicos y antiinflamatorios

  • Relajantes musculares

  • Kinesiología y fisioterapia

  • Ejercicios de movilidad y fortalecimiento

  • Corrección postural y ergonomía laboral

La cirugía es excepcional en el dolor dorsal y solo se indica en casos muy específicos.


Prevención

Para prevenir el dolor dorsal se recomienda:

  • Mantener una postura correcta al sentarse y trabajar

  • Realizar pausas activas durante la jornada laboral

  • Fortalecer la musculatura dorsal y abdominal

  • Reducir el estrés

  • Practicar actividad física regular


Conclusión

El dolor dorsal suele tener un origen benigno y muscular, pero no debe subestimarse. Un diagnóstico adecuado permite descartar causas más serias y establecer un tratamiento eficaz. La prevención y la corrección postural son pilares fundamentales para evitar su recurrencia.