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El pie caído es un trastorno que se diagnostica, generalmente, durante una exploración física. El médico te observará mientras caminas y verificará los músculos de la pierna para saber si están débiles. Además, el médico controlará el entumecimiento de la tibia, así como de la parte superior del pie y de los dedos.

 

                                                                             Pruebas de diagnóstico por imágenes

A veces, el pie caído es causado por el crecimiento excesivo del hueso en el conducto vertebral, o por un tumor o quiste que ejerce presión en el nervio de la rodilla o de la columna vertebral. Las pruebas de diagnóstico por imágenes pueden ayudar a identificar este tipo de problemas.

  • Radiografías. Las radiografías convencionales utilizan un nivel de radiación bajo para visualizar una masa de tejido blando o una lesión en el hueso que podría ser la causa de los síntomas.
  • Ecografía. Esta tecnología, que utiliza ondas sonoras para generar imágenes de las estructuras internas, permite detectar la presencia de quistes o tumores en los nervios o inflamación en los nervios como resultado de una compresión.
  • Tomografía computarizada (TC). Esta prueba combina imágenes de rayos X tomadas desde distintos ángulos para formar vistas transversales de las estructuras del interior del cuerpo.
  • Resonancia magnética (RM). Estas pruebas utilizan ondas de radio y un campo magnético fuerte para crear imágenes detalladas. Las imágenes por resonancia magnética son particularmente útiles para visualizar las lesiones en los tejidos blandos que pueden estar comprimiendo un nervio.

                                                                                         Pruebas neurológicas

La electromiografía y los estudios de conducción nerviosa miden la actividad eléctrica en los músculos y en los nervios. Estas pruebas pueden ser incómodas, pero son útiles para determinar la ubicación del daño a lo largo del nervio afectado.

                                                                                                       Tratamiento

El tratamiento del pie caído depende de la causa. Si la causa se trata satisfactoriamente, el pie caído podría mejorar o incluso desaparecer. Si no se puede tratar la causa, es posible que el pie caído sea permanente.

El tratamiento del pie caído puede comprender:

  • Soportes ortopédicos o férulas. Un dispositivo de inmovilización en el tobillo y el pie o una férula que encaje en el calzado pueden ayudar a mantener el pie en una posición normal. También es muy útil el Sling para pié caído
  • Fisioterapia. Los ejercicios que fortalecen los músculos de las piernas y ayudan a mantener la amplitud de movimiento en la rodilla y el tobillo podrían mejorar los problemas de marcha relacionados con el pie caído. Los ejercicios de estiramiento son particularmente importantes para prevenir la rigidez en el talón.
  • Estimulación nerviosa. A veces, estimular el nervio que levanta el pie mejora el pie caído.
  • Cirugía. Según la causa, y si padeces pie caído desde hace relativamente poco tiempo, la neurocirugía podría ayudar. Si tienes pie caído desde hace mucho tiempo, el médico podría sugerirte una cirugía para unir los huesos del tobillo o de los pies, o un procedimiento para transferir un tendón funcional y el músculo adherido a él a una parte diferente del pie.

 

  • En Ortopedia del Campus los podemos asesorar en este y demás artículos ortopédicos necesarios para su rehabilitación.