El esguince de muñeca es una lesión común que se produce cuando los ligamentos que conectan los huesos de la muñeca se estiran en exceso o se desgarran, generalmente como resultado de un movimiento brusco, una caída sobre la mano extendida o una torsión violenta de la articulación.
Los esguinces se clasifican según la gravedad del daño ligamentoso:
Grado I (leve): Estiramiento del ligamento sin desgarro. Dolor leve e inflamación.
Grado II (moderado): Desgarro parcial del ligamento. Hinchazón, dolor moderado y cierta inestabilidad.
Grado III (grave): Ruptura completa del ligamento. Dolor severo, inflamación importante e inestabilidad funcional.
Caídas sobre la palma de la mano con la muñeca extendida.
Golpes directos durante actividades deportivas o accidentes.
Movimientos repetitivos de carga o torsión, comunes en trabajos manuales o ciertos deportes.
Dolor localizado en la muñeca, especialmente al moverla o cargar peso.
Hinchazón y hematoma.
Sensación de debilidad o inestabilidad.
Limitación en el rango de movimiento.
En casos severos, sensación de “chasquido” al momento de la lesión.
El diagnóstico clínico incluye una cuidadosa evaluación del historial del paciente y una exploración física. Para confirmar la lesión y descartar fracturas asociadas, se pueden solicitar estudios complementarios como:
Radiografías: Para descartar fracturas óseas.
Resonancia magnética (RM): Muy útil para valorar el daño ligamentoso.
Ecografía: Puede ayudar a visualizar estructuras blandas en tiempo real.
Reposo: Evitar actividades que causen dolor.
Inmovilización: Muñequera o férula por 1 a 3 semanas, según el caso.
Hielo: Aplicar durante 15-20 minutos varias veces al día para reducir la inflamación.
Medicamentos: Antiinflamatorios no esteroides (AINES) como ibuprofeno para aliviar el dolor.
Rehabilitación: Ejercicios de movilidad y fortalecimiento progresivo.
Inmovilización prolongada o yeso.
Fisioterapia intensiva.
Cirugía (en casos con ruptura total de ligamentos o inestabilidad persistente): Para reparar o reconstruir los ligamentos.
Fortalecer los músculos del antebrazo y la muñeca.
Usar protección adecuada en deportes de contacto o riesgo (muñequeras, vendas).
Corregir técnicas en deportes o actividades manuales para evitar movimientos lesivos.
Evitar caídas mediante una buena preparación física y atención al entorno.
El esguince de muñeca es una lesión frecuente que, si no se trata correctamente, puede derivar en inestabilidad crónica o artrosis precoz. Un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado, incluyendo la rehabilitación funcional, son clave para una recuperación completa y la prevención de complicaciones.