¿Qué es el latigazo cervical y cuáles son sus causas?
Cuando hablamos de latigazo cervical nos referimos a un esguince producido por una hiperextensión o hiperflexión del cuello que va más allá de su rango normal de movimiento. Por ejemplo, en un accidente de tráfico, la columna realiza un movimiento parecido a un látigo denominado hiperextensión: al recibir el impacto, el cuerpo es impulsado hacia delante mientras que la cabeza queda más atrás e inmediatamente después el cuerpo va hacia atrás y la cabeza hacia adelante. También puede producirse una hiperflexión, movimiento que se origina cuando la cabeza va hacia delante chocando contra el pecho.
Además de la colisión entre vehículos, el latigazo cervical puede originarse por lesiones deportivas o caídas de altura.
Síntomas más comunes del latigazo cervical
Entre los principales síntomas del latigazo cervical se encuentran:
• Dolor cervical: aparece inmediatamente o poco después del accidente
• Limitación de la movilidad cervical
• Dolor lumbar
• Contractura muscular
• Dolor de cabeza
• Visión borrosa, mareos y vértigos
• Acúfenos o tinnitus: percepción de ruidos en los oídos
• Hormigueos en brazos y piernas
• Insomnio, ansiedad y dificultad para concentrarse.
¿Cómo se diagnostica el latigazo cervical?
Para diagnosticar el latigazo cervical suele hacerse una exploración física exhaustiva, además de valorar el historial clínico del lesionado y el informe que describa detalladamente el accidente. Hay muchos factores que complican la evaluación, como las condiciones fisiológicas del paciente antes del choque, la magnitud y dirección del impacto, así como la posición exacta de la columna vertebral cervical en el momento del efecto traumático.
La radiografía o la resonancia magnética son algunas de las pruebas complementarias que ayudan al médico a determinar si se trata de un esguince cervical. No obstante, su diagnóstico es muy difícil de determinar debido a la ausencia de objetividad de los datos exploratorios, es decir, la falta de precisión en distintas variables como el rango de movilidad, o la tensión y contracción muscular. Debido a la falta de una técnica fiable y objetiva, en ocasiones los profesionales deben guiarse por las manifestaciones de dolor del propio paciente, no susceptibles de verificación médica.
Tratamiento del esguince cervical
Para evitar movimientos que puedan agravar el desgarro de ligamentos, históricamente se ha recurrido al uso de un collar tipo Schanz. Otra opción recurrente es la toma de analgésicos y antiinflamatorios pautada por el médico. Esta solución puede complementarse con un tratamiento de fisioterapia para fortalecer la musculatura, mejorar la postura y recuperar la movilidad.
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