El codo es una articulación compleja formada por tres huesos (húmero, radio y cúbito) y estabilizada por ligamentos, tendones y músculos que permiten movimientos de flexión, extensión y rotación del antebrazo. Debido a su uso constante en actividades deportivas, laborales y cotidianas, es frecuente que sufra diversas lesiones que pueden afectar la calidad de vida y limitar la funcionalidad del miembro superior.
A continuación, se detallan las lesiones más comunes, su origen, formas de diagnóstico y enfoque terapéutico.
Inflamación en los tendones extensores del antebrazo, típicamente causada por movimientos repetitivos de agarre o extensión de muñeca.
Síntomas: dolor en la parte externa del codo, debilidad al tomar objetos o levantar peso.
Tratamiento: reposo relativo, fisioterapia, férulas, antiinflamatorios y en casos persistentes, ondas de choque o infiltraciones.
Afecta los tendones flexores de la muñeca.
Síntomas: dolor en la cara interna del codo.
Tratamiento: similar al de la epicondilitis lateral.
Inflamación de la bursa ubicada en la punta del codo. Puede deberse a traumatismos directos, fricción prolongada o infecciones.
Síntomas: hinchazón visible, dolor y calor local.
Tratamiento: reposo, compresión, hielo, antiinflamatorios; en casos severos, aspiración de líquido o antibióticos si hay infección.
Frecuente en deportistas que realizan movimientos de lanzamiento (p. ej., béisbol).
Síntomas: dolor en la parte interna, inestabilidad y dificultad para lanzar.
Tratamiento: fisioterapia; si hay rotura completa, se puede requerir reconstrucción ligamentaria.
Menos frecuente pero puede ocurrir tras caídas o torsiones bruscas.
Tratamiento: inmovilización y rehabilitación.
Ocurre por traumatismos de alta energía, como caídas con el brazo extendido.
Síntomas: deformidad evidente, dolor intenso e imposibilidad de mover el brazo.
Tratamiento: reducción urgente, inmovilización temporal y luego rehabilitación. Puede dejar secuelas de rigidez si no se trata adecuadamente.
Afectan cualquiera de los tres huesos de la articulación.
Fractura de olécranon: típica de caídas sobre el codo.
Fractura de cabeza del radio: muy común en adultos tras caídas.
Fractura supracondílea: frecuente en niños.
Tratamiento: varía entre inmovilización, yeso, cirugía con placas o tornillos según el tipo de fractura y el desplazamiento.
Compresión del nervio cubital a nivel del codo (túnel cubital).
Síntomas: hormigueo en los dedos anular y meñique, debilidad en la mano y dolor en la cara interna del codo.
Tratamiento: férulas nocturnas, modificación de hábitos y, si no mejora, descompresión quirúrgica.
El abordaje traumatológico incluye:
Exploración física con pruebas específicas.
Radiografías para descartar fracturas o luxaciones.
Ecografía para lesiones tendinosas y bursitis.
Resonancia magnética si se sospechan daños ligamentarios o cartilaginosos.
Electromiografía en casos de afectación nerviosa.
Reposo y modificación de actividades.
Hielo o calor según el tipo de lesión.
Analgésicos y antiinflamatorios.
Kinesiología: fortalecimiento, estiramientos, técnicas manuales.
Infiltraciones cuando están indicadas.
Cirugía en casos graves o resistentes al tratamiento conservador.
Calentamiento adecuado antes de la actividad física.
Fortalecimiento de antebrazo y hombro.
Técnica deportiva correcta.
Evitar movimientos repetitivos prolongados.
Utilizar protecciones en trabajos manuales.