Las plantillas a medida son dispositivos ortopédicos diseñados específicamente para cada paciente, con el objetivo de corregir alteraciones del pie, mejorar la mecánica corporal y reducir el dolor en diferentes zonas del cuerpo. En traumatología, representan una de las herramientas más efectivas y menos invasivas para tratar múltiples patologías del aparato locomotor.
Son elementos fabricados en base al estudio de la pisada, la anatomía del pie y la forma de caminar de cada paciente. Se elaboran mediante tecnologías como escaneo 3D, estudios baropodométricos y moldes personalizados.
A diferencia de las plantillas estándar, se adaptan con precisión milimétrica a las necesidades biomecánicas de cada persona.
Las plantillas personalizadas cumplen varias funciones terapéuticas:
Ayudan a mejorar la alineación del pie, el tobillo, las rodillas, la cadera y la columna. Esto reduce la sobrecarga articular y previene lesiones.
Están indicadas para patologías como:
Fascitis plantar
Espolón calcáneo
Metatarsalgias
Tendinitis del tibial posterior
Pie plano o pie cavo
Artrosis de pie, rodilla y cadera
Dolor lumbar de origen mecánico
Son muy utilizadas en corredores, futbolistas y deportistas de alto impacto, permitiendo:
Mejor distribución de cargas
Optimización del rendimiento
Reducción del riesgo de tendinopatías y fracturas por estrés
Al ofrecer una base estable, ayudan al control postural, especialmente en adultos mayores o pacientes con inestabilidad.
En traumatología, el estudio incluye:
Examen físico del pie y del miembro inferior
Se evalúan arcos plantares, movilidad, puntos dolorosos y alineación general.
Estudio de la marcha y la pisada
Con plataformas digitales y cámaras de alta velocidad se analiza cómo se distribuye la carga al caminar.
Diagnóstico biomecánico
Se determina la causa del dolor y qué tipo de corrección requiere el paciente.
Fabricación personalizada
Con escaneos o moldes se confeccionan las plantillas adaptadas a cada patología.
Personas con dolor en pies, tobillos, rodillas, caderas o zona lumbar.
Pacientes con pie plano, cavo o valgo.
Deportistas con sobrecargas recurrentes.
Personas con espolón o fascitis plantar.
Pacientes con artrosis que necesitan redistribuir cargas.
Niños con alteraciones del desarrollo del pie.
Adultos mayores que requieren mayor estabilidad.
Generalmente entre 12 y 24 meses, dependiendo del uso, el desgaste y los cambios en la biomecánica del paciente. En niños, el reemplazo suele ser más frecuente por el crecimiento.
Las plantillas a medida no son simplemente un accesorio, sino un tratamiento médico eficaz que permite corregir la pisada, disminuir el dolor y mejorar la calidad de vida. Su función va mucho más allá del pie: beneficia a todo el sistema musculoesquelético.
Una evaluación completa por un traumatólogo o un especialista en biomecánica es fundamental para obtener resultados óptimos y garantizar que la plantilla responda a las necesidades reales del paciente.