La mano humana es una estructura compleja y delicada, formada por huesos, ligamentos, tendones y músculos que permiten una gran variedad de movimientos. Cuando uno o más dedos sufren una torcedura, puede haber desde una simple distensión ligamentaria hasta una lesión más seria que requiera atención médica. En este artículo, abordaremos todo lo que necesitás saber sobre las torceduras de los dedos de la mano.
Una torcedura ocurre cuando los ligamentos que rodean una articulación se estiran o desgarran parcialmente debido a un movimiento forzado o inadecuado. En el caso de los dedos, esto suele suceder al sufrir un golpe directo, una caída sobre la mano extendida o al doblar el dedo bruscamente en una dirección no natural.
Lesiones deportivas (básquet, vóley, artes marciales)
Caídas con apoyo de la mano
Accidentes laborales o domésticos
Torsión al atrapar objetos en movimiento (como una pelota)
Los signos típicos de una torcedura de dedo incluyen:
Dolor localizado en la articulación
Hinchazón
Hematomas (moretones)
Dificultad para mover el dedo afectado
Sensibilidad al tacto
Enrojecimiento o calor en la zona
Si el dolor es muy intenso, el dedo queda deformado o no puede moverse en absoluto, se debe descartar una fractura o luxación.
El diagnóstico se realiza mediante:
Examen físico: palpación y prueba de movilidad.
Radiografía: para descartar fracturas óseas.
Ecografía o resonancia (en casos específicos): para evaluar el estado de los ligamentos.
El manejo de una torcedura leve a moderada incluye:
Reposo: evitar el movimiento del dedo lesionado.
Hielo: aplicar 15-20 minutos cada 2-3 horas para reducir inflamación.
Compresión: con venda elástica (sin cortar la circulación).
Elevación: mantener la mano elevada por encima del nivel del corazón.
Inmovilización: a veces se usa una férula o se “encinta” el dedo lesionado al dedo vecino (técnica de buddy taping).
Analgésicos/antiinflamatorios: según indicación médica.
Rehabilitación: ejercicios suaves para recuperar movilidad y fuerza una vez pasada la fase aguda.
Debés acudir a un especialista si:
El dolor es persistente o severo
El dedo queda torcido o deformado
Hay pérdida de sensibilidad
No podés moverlo con normalidad después de unos días
Hay sospecha de fractura o luxación
Una torcedura mal tratada puede derivar en:
Inestabilidad articular
Rigidez persistente
Dolor crónico
Lesiones tendinosas no detectadas
Formación de artrosis precoz si hay daño cartilaginoso
Las torceduras de dedos de la mano son lesiones frecuentes, especialmente en personas activas o deportistas. Aunque muchas se resuelven con tratamiento conservador, es fundamental una evaluación correcta para evitar secuelas a largo plazo. Ante la duda, la consulta con un traumatólogo es clave para asegurar una recuperación adecuada.