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Torsión de rodilla: causas, síntomas y tratamiento

La torsión de rodilla es una lesión común, especialmente en personas activas o deportistas, que puede afectar tanto a la estructura ósea como a los tejidos blandos de esta articulación. Entender sus causas, síntomas y opciones de tratamiento es esencial para garantizar una recuperación adecuada y prevenir complicaciones.

¿Qué es una torsión de rodilla?

La torsión de rodilla ocurre cuando la articulación es forzada a moverse más allá de su rango normal de rotación o giro, lo que puede provocar daño a los ligamentos, tendones, cartílago o incluso al hueso.

Causas comunes

  1. Movimientos bruscos o repentinos: Giros rápidos durante deportes como fútbol, baloncesto o esquí.
  2. Impactos directos: Un golpe lateral o frontal en la rodilla.
  3. Caídas: Aterrizajes incorrectos después de un salto.
  4. Desbalances musculares: La falta de fuerza en los músculos estabilizadores puede aumentar el riesgo.

Síntomas principales

  1. Dolor agudo: Generalmente en la parte interna o externa de la rodilla.
  2. Inflamación: Puede desarrollarse en minutos o pocas horas.
  3. Inestabilidad: Sensación de que la rodilla “cede” al caminar.
  4. Rigidez: Dificultad para doblar o extender la pierna.
  5. Sonido de chasquido: A menudo asociado con lesiones de ligamentos.

Diagnóstico

Un traumatólogo evaluará la rodilla mediante:

  • Examen físico: Inspección visual y palpación para determinar áreas de dolor e inflamación.
  • Pruebas de imagen:
    • Radiografías: Para descartar fracturas.
    • Resonancia magnética (RM): Para identificar lesiones de ligamentos, meniscos o cartílago.
    • Ultrasonido: Útil para evaluar daños en tejidos blandos.

Tratamiento

El enfoque dependerá de la gravedad de la lesión:

1. Tratamiento conservador (lesiones leves a moderadas)

  • Reposo: Evitar actividades que impliquen presión en la rodilla.
  • Hielo: Aplicar compresas frías durante 15-20 minutos cada 2-3 horas para reducir la inflamación.
  • Compresión: Usar vendas elásticas o rodilleras para estabilizar la articulación.
  • Elevación: Mantener la pierna elevada para disminuir la hinchazón.
  • Medicamentos: Antiinflamatorios no esteroides (AINEs) para aliviar el dolor.
  • Fisioterapia: Ejercicios de fortalecimiento y movilidad para recuperar funcionalidad.

2. Tratamiento quirúrgico (lesiones graves)

  • Reparación de ligamentos: Reconstrucción del ligamento cruzado anterior (LCA) o colateral.
  • Reparación meniscal: En caso de desgarros en el menisco.
  • Artroscopia: Procedimiento mínimamente invasivo para diagnosticar y tratar lesiones internas.

Prevención

  1. Fortalecimiento muscular: Ejercicios para los cuádriceps, isquiotibiales y glúteos.
  2. Técnicas deportivas correctas: Entrenamiento para movimientos y giros seguros.
  3. Uso de calzado adecuado: Zapatos que ofrezcan soporte y tracción.
  4. Evitar sobreesfuerzos: Escuchar al cuerpo y descansar adecuadamente.

Conclusión

La torsión de rodilla es una lesión que requiere atención inmediata y un diagnóstico preciso. Un tratamiento adecuado, combinado con rehabilitación y medidas preventivas, es clave para garantizar una recuperación completa y evitar recurrencias. Si experimentas dolor o inestabilidad en la rodilla, consulta con un traumatólogo para evaluar el alcance de la lesión.